sábado, 16 de enero de 2010

Y sin saber cómo ni porqué acabé aquí, sentada la en la barra de este bar de motel barato, lo más caro que podía pagar mi escasa economía. Aún arriba la maleta sin deshacer, creo que me la cambiaron, al llegar tenía más proyectos que recuerdos, ahora solo queda algo dentro del neceser, al fondo, donde la pasta de dientes y el hilo de la esperanza. Demasiado entusiasmo en tan poco espacio, siempre acaba sobresaliendo por algún lado y perdiéndose por un lugar como mínimo muy alejado.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario