¿Cuántos 'da igual' escritos con lágrimas en los ojos, eh? Ella sabía que acabaría dándose la hostia pero y qué, de momento le tenía a él. Hasta que un día llegó a un punto en el que se dio cuenta que tenia que olvidar a quien le hacía olvidarlo todo y eso... eso si que jode. Ella le quería como nadie tío, pero sabes, una se cansa de dar y dar y no recibir. Entonces, ella se alejó y el no la siguió, fue ahí cuando ella notó que estaba tomando la decisión correcta. O puede que él no tuviera valor para decirle que se quedara...'
Y así se terminó la historia. Sin la palabra fin, sólo con tres puntos suspensivos. Los de la rabia, la paciencia y la indiferencia.
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